Naciones Unidas, 9 jun (PL) Por más de un siglo, el plástico ha acompañado a los seres humanos con las más diversas utilidades, pero sus desechos amenazan hoy como ningún otro material uno de los recursos más preciados de la humanidad, los océanos.
Bolsas, absorbentes, tapas y envases forman lamentablemente parte de los paisajes marinos, aunque el mayor peligro lo representan diminutos fragmentos llamados microplásticos, derivados de la descomposición de muchos productos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, foro que concluyó hoy aquí tras una semana de sesiones, ratificó la preocupación de la comunidad internacional por esta situación, así como la urgencia de actuar.
Presidentes, ministros, altos funcionarios de la ONU, científicos y activistas abordaron durante el foro la amenaza de los residuos plásticos para las actuales y las futuras generaciones.
De acuerdo con el presidente de la Asamblea General, el fijiano Peter Thomson, para 2050 los océanos y mares pudieran presentar la misma cantidad de peces que de plástico, o incluso el predominio de este último.
Al intervenir en la conferencia, el viceministro cubano de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, José Fidel Santana, alertó que para ese propio año, el 99 por ciento de las aves marinas habrá ingerido alguna vez ese tipo de desechos.
La magnitud del peligro puede ilustrarse además con la espeluznante estadística de que 51 millones de millones de partículas de microplástico, 500 veces más que la cantidad de estrellas en nuestra galaxia, ensucian los mares.
Cada año, más de ocho millones de toneladas de plástico terminan en los océanos, con un impacto en la vida silvestre, la pesca y el turismo, y un costo de al menos ocho mil millones de dólares en daños a los ecosistemas marinos.
Pero el problema no termina aquí, los peces más grandes, que después consumimos, se alimentan del plancton marino contaminado con el microplástico, por lo que estamos también ante un problema de salud, advirtió el director ejecutivo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), Erik Solheim.
El funcionario declaró a Prensa Latina que la comunidad internacional debe priorizar la solución de tan grave amenaza.
Se trata de un problema de voluntad política y de la participación decisiva de todos los ciudadanos, subrayó Solheim.
A propósito de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos, la organización estadounidense sin fines de lucro Washed Ashore expuso en una de las plazas del cuartel general de la organización, en Nueva York, esculturas elaboradas con desechos plásticos.
Nuestro mensaje al público en general y a la ONU es decirles que hay tantos residuos que podemos hacer estos trabajos, explicó a Prensa Latina la directora de la iniciativa ambientalista y artista líder, Angela Haseltine.
Según la activista, las esculturas de más de dos metros de alto fueron realizadas con el apoyo de las comunidades, a partir de la recolección de basura plástica de las playas.
Tenemos 70 figuras de este tipo, aquí en Naciones Unidas estamos exhibiendo solo tres (un pez, un caballo de mar y la cola de una ballena), y nuestro mensaje es: Cambiemos nuestra manera de actuar para salvar a los océanos, señaló.
Haseltine precisó que el proyecto recorre Estados Unidos, y el objetivo es llevarlo a otras partes del mundo.
El problema es grave, un producto plástico que utilizamos apenas cinco minutos, como los absorbentes, puede durar siglos en la naturaleza, comentó.
La Conferencia sobre los Océanos concluyó con una declaración política denominada Llamado a la Acción, dirigida a garantizar la preservación y el manejo sostenible de esos espacios marinos.
Asimismo, dejó más de mil compromisos de los gobiernos, la sociedad civil, el sector privado y el sistema de la ONU con una cruzada para proteger a los océanos, muchas de esas iniciativas relacionadas con la atención a los dañinos desechos plásticos.
Desechos plásticos, el enemigo número uno de los océanos
Por Waldo Mendiluza